Se trata de un proceso en el que se administran distintas pruebas psicológicas, permitiendo evaluar de forma cualitativa y cuantitativa las funciones cognitivas y comportamentales, con el fin de identificar fortalezas y debilidades en el desempeño cognitivo. Luego el/la profesional procesa la información obtenida y elabora un informe psicológico, brindándole una devolución al evaluado.